VER RESUMEN

Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Muhammad Asif, advirtió que una incursión militar de India es inminente debido a las tensiones por el atentado en Cachemira, donde murieron al menos 26 personas. India acusa a Pakistán de respaldar a los milicianos responsables. Tras el ataque, se han tomado medidas como la cancelación de visados y la suspensión del Tratado de las Aguas del Indo.

Este lunes, el ministro de Defensa de Pakistán, Khawaja Muhammad Asif, afirmó que la incursión militar de India es inminente, tras el aumento de las tensiones entre ambos países por el atentado en la región de Cachemira -bajo administración india- que terminó con al menos 26 personas muertas.

“Hemos reforzado nuestras fuerzas porque es algo inminente. Por lo tanto, en esa situación, es necesario tomar algunas decisiones estratégicas, y así se ha hecho”, sostuvo el ministro, en conversación con Reuters.

Recordemos que el trágico atentado fue perpetrado por milicianos del Frente de Resistencia, una organización creada en 2019 y vinculada al grupo armado islamista Lashkar-e-Taiba (LeT).

India acusa a Pakistán de respaldar a dicho grupo, esto porque Cachemira es una región que ambas potencias nucleares reclaman, y por la que han librado dos guerras.

Además, tras el ataque, India identificó a dos de tres presuntos involucrados como paquistaníes. En tanto, desde Islamabad expresaron su “preocupación” por el incidente, distanciándose del mismo.

Repercusiones del atentado

Cabe destacar que tras el violento hecho, India y Pakistán escalaron sus tensiones con diversas medidas.

Primero, India canceló todos los visados de ciudadanos paquistaníes, a lo que estos últimos respondieron con la suspensión de visados de ciudadanos indios, la expulsión de diplomáticos indios, el cierre de su espacio aéreo a las aerolíneas indias, y el cierre de sus fronteras a dicho país.

Aún así, desde Nueva Delhi no cesaron las represalias, pues suspendieron unilateralmente el Tratado de las Aguas del Indo de 1960, pese a que desde Islamabad habían advertido que la suspensión de ese pacto pondría en riesgo la distribución de agua entre las naciones rivales y vecinas, lo que sería interpretado como “un acto de guerra”.