Cada mes, la entidad financiera de la cual eres cliente —como un banco— emite un documento llamado estado de cuenta, el cual indica tus movimientos, intereses, fechas de facturación, seguros, etc.
Para alguien que quizás no se maneja en el mundo de las finanzas, leer un estado de cuenta puede resultar un poco abrumador.
Pero aunque revisar periódicamente esta planilla quizás no sea tu actividad favorita, es muy importante estar al tanto de lo que ocurre con tu cuenta para tener claridad sobre tus movimientos y los cobros que se te están haciendo.
¿Qué debe incluir un estado de cuenta?
Aunque el estado de cuenta puede verse de forma ligeramente diferente dependiendo del banco, la estructura es similar y suelen contener la misma información. De acuerdo con la Comisión para el Mercado Financiero, el estado de cuenta de una tarjeta de crédito debe incluir lo siguiente:
— Nombre del titular y número de identificación de la tarjeta.
— Fecha del estado.
— Fecha de vencimiento.
— Monto mínimo de pago.
— Detalle de las compras o usos de servicios, registrados en el período informado, que indique el nombre del establecimiento, la fecha y el monto.
— Avances otorgados (fecha y monto).
— Intereses (tasa, monto y período sobre el que se aplican),
— Otros cargos (concepto y monto),
— Pagos efectuados por el titular (fecha y monto),
— Saldo adeudado a la fecha y monto disponible,
— Tasa de interés que rige para el período siguiente.
En tanto, el estado de cuenta de una tarjeta de débito debe incluir:
— Detalle de las transacciones realizadas.
— Indicar el beneficiario final de cada pago (nombre del establecimiento afiliado).
En qué fijarse al revisar el estado de cuenta
Lo primero que debes revisar es que la fecha que indica el estado de cuenta sea la correcta. Así mismo, según explican desde Rankia, es importante verificar que tu saldo inicial sea el mismo con el que cerraste el mes anterior.
Si tienes tarjeta de crédito, verifica que el monto facturado que indica tu estado de cuenta coincida con el que aparece en la plataforma o app del banco. Si son diferentes, deberías guiarte por el que indica tu estado de cuenta. Esto es importante, ya que si pagas menos de lo facturado generas intereses más altos. De todas formas, deberías contactarte con tu banco para avisar que las cifras no coinciden.
Otro ítem relevante al revisar tu estado de cuenta es corroborar que, de haber cobros por seguros, estos efectivamente hayan sido contratados por ti. De lo contrario, contáctate con tu ejecutivo de cuentas para regularizar la situación y evitar nuevos cobros a futuro.
Verifica tus movimientos y gastos del mes para comprobar que, en efecto, todos fueron hechos por ti y no hay actividad sospechosa. A menudo, el banco indicará cuáles transacciones se hicieron en una sola cuota y cuáles se hicieron en más de una. Para estas últimas, podrás verificar cuántas cuotas te quedan por cada compra, el interés asociado a cada una y el monto.
Dentro del estado de cuenta encontrarás además el porcentaje de la CAE. En estos casos, CAE es una abreviatura de «Carga Anual Equivalente». Según explica el Sernac, “la CAE se expresa en un porcentaje que revela el costo de un crédito en un período anual, cualquiera sea el plazo pactado para el pago de la obligación”. En pocas palabras, es un indicador que muestra el costo total de la tarjeta de crédito en un año, incluyendo intereses, comisiones y otros gastos. Lo anterior está regulado por la Ley 20.555.
De acuerdo con la Suseso, “una CAE menor es señal de que, financieramente, es la alternativa más conveniente, ya que considera todos elementos del crédito”.
Recuerda que para revisar tu estado de cuenta, puedes buscarlo en tu bandeja de entrada del correo electrónico, solicitar que te lo envíen a tu domicilio o descargarlo iniciando sesión en la sucursal virtual de tu banco. Ante dudas, también puedes llamar a la Banca Virtual o acudir presencialmente a tu oficina más cercana.