La promulgación de la Ley Integral contra la Violencia hacia las Mujeres hace un año fue un hito. Hoy, con la puesta en marcha del Sistema Integrado de Información sobre Violencia de Género, avanzamos de las palabras a los hechos concretos, transformando la respuesta estatal desde una forma articulada.
Este sistema es más que una herramienta tecnológica, es un acto de justicia y un cambio de paradigma en cómo el Estado avanza hacia garantizar una vida libre de violencia hacia las mujeres.
Sistema integrado de información sobre violencia de género: fin a la revictimización
La violencia de género, en sus múltiples manifestaciones —física, psicológica, sexual, económica, simbólica, institucional—, ha fragmentado históricamente la vida de miles de mujeres. Una de las cargas más dolorosas ha sido la revictimización: la necesidad de relatar una y otra vez sus experiencias traumáticas en cada institución a la que acudían en busca de ayuda.
Este nuevo sistema pone fin a esa práctica. Al integrar gradualmente la información de 15 instituciones públicas, desde el Poder Judicial y el Ministerio Público hasta Carabineros y SernamEG, se crea un expediente único. Esto significa que una mujer que busca apoyo no tendrá que repetir su historia, permitiendo que las instituciones actúen de manera más eficiente y respetuosa.
El impacto es profundo y tangible. Se estima que más de 80 mil mujeres atendidas por SernamEG, y muchas más que busquen ayuda en otras instituciones, se beneficiarán directamente de esta coordinación sin precedentes. La implementación se iniciará en 15 comunas pioneras, seleccionadas por su representatividad territorial y la presencia de programas de prevención de la violencia, con la visión clara de expandirse a todo Chile.
Más allá de la eficiencia en la atención, el Sistema Integrado permitirá la anticipación. Hoy, señales preocupantes, como la inasistencia a citas de apoyo, pueden pasarse por alto debido a la falta de comunicación entre organismos. Con este sistema, la información se cruzará automáticamente, generando alertas tempranas que movilicen al Estado antes de que la violencia escale. Esto es fundamental para salvar vidas y prevenir su escalamiento.
Interconexión que suma al diseño de políticas públicas
Asimismo, la capacidad de acceder a una visión unificada de las evaluaciones de riesgo transformará la intervención estatal. Se podrá comprender mejor la naturaleza de cada caso, identificar patrones de riesgo y adaptar las respuestas a las realidades específicas de cada mujer.
Esta interconexión también fortalecerá la evaluación y el diseño de políticas públicas. La toma de decisiones ya no se basará en percepciones o datos incompletos, sino en evidencia precisa y actualizada, permitiendo identificar qué estrategias funcionan, dónde hay brechas y cómo optimizar la distribución de recursos.
La Ley Integral, que instruyó la creación de este sistema y de una Comisión de Articulación Interinstitucional (CAI), es un compromiso irrenunciable con una vida libre de violencia para todas las mujeres. Esta articulación entre instituciones nos posiciona como referentes regionales en la erradicación de la violencia de género, demostrando que un Estado coordinado y con perspectiva de género es capaz de transformar realidades.
No es solo tecnología, es un compromiso social y político con la dignidad y la seguridad de las mujeres.