El presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, pidió a la Corte Suprema que bloquee el fallo de un tribunal inferior, que le impide deportar a migrantes de varios países a Sudán del Sur sin darles la oportunidad de litigar sus casos.
Ocho migrantes de diferentes nacionalidades se encuentran retenidos en una base militar estadounidense en Yibuti, después de que el Gobierno del republicano intentara enviarlos a Sudán del Sur pero la justicia se lo impidió.
El juez federal Brian Murphy, de Massachussetts, determinó que la Administración de Trump violó una orden que le impedía deportar a esas personas donde pueden sufrir tortura sin darles la oportunidad de una defensa legal adecuada.
EEUU cataloga a Sudán del Sur como un país peligroso
El Gobierno de Trump solicita ahora a máximo tribunal de EE.UU que suspenda de inmediato esa orden dado que, según sostiene, esos migrantes habrían cometido crímenes “monstruosos” y que solo Sudán del Sur ha aceptado recibirlos ya que sus propios países no lo harían.
De los ocho deportados, solo uno es de Sudán del Sur y el resto son originarios de Cuba, México, Laos, Birmania y Vietnam.
La legislación estadounidense estipula que el Gobierno no puede deportar a migrantes a terceros países donde podrían ser torturados o estar en riesgo.
El Departamento de Estado considera a Sudán del Sur como un país peligroso debido al conflicto armado. Por esto, como alerta, recomienda los estadounidenses no viajar allí y a inicios de mayo retiró del país a su personal no esencial.
La Administración Trump busca acelerar deportaciones de migrantes
El juez Murphy dio la opción al Gobierno de Trump a llevar a cabo las audiencias de los migrantes en Yibuti, país africano donde Estados Unidos opera una base militar y donde el avión de deportación aterrizó camino a Sudán del Sur.
El caso de Sudán del Sur es el más reciente choque entre el Gobierno republicano y el poder judicial, a raíz de las medidas cada vez más agresivas para cumplir con la promesa de Trump de llevar a cabo “deportaciones masivas”.
Para acelerar las deportaciones, Washington está buscando acuerdos con otros países para que acepten a migrantes expulsados del país.
En últimos meses, el Gobierno de Trump ordenó mandar a más de 200 personas a una megacárcel en El Salvador, donde aún permanecen incomunicados de sus familiares y abogados.
Trump y su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, llegaron a un acuerdo -que aún no se ha mostrado públicamente- para que el país centroamericano reciba a los migrantes por un periodo inicial de un año a cambio de un pago de 6 millones de dólares.