"Morirá en prisión": Condenan a británico de 92 años por una violación y homicidio que cometió en 1967

Casi seis décadas después de sus actos, un británico de 92 años fue condenado a cadena perpetua tras violar y asesinar a una adulta mayor en Inglaterra.

El mencionado caso involucra a Ryland Headley, británico de 92 años, quien asesinó a Louisa Dunne (75 años), en su hogar en 1967, uno de los hechos policiales más antiguos sin resolver de país, según consigna The New York Times.

Fue durante la jornada del pasado lunes que el tribunal británico declaró culpable a Headley, 58 años después de que un vecino encontrara el cuerpo de la mujer en su casa en las afueras de Bristol, Inglaterra, según informó la Policía de Avon y Somerset.

Durante la audiencia de sentencia, el juez Derek Sweeting afirmó que el sujeto había mostrado un “completo desprecio por la vida y la dignidad humana”, y que se trató de un acto “despiadado y cruel”.

En ese sentido, su condena incluye un mínimo de 20 años antes de que pueda ser considerado para libertad condicional, lo que, según el juez, significa que “morirá en prisión”.

Pistas que llegaron al británico responsable

Las autoridades lograron dar con todos los antecedentes tras reabrir el caso en 2023 y luego que un equipo forense analizara una falda que la adulta mayor traía puesta en ese entonces.

Los análisis entregaron el ADN del sujeto, dato que ya se encontraba en el sistema producto de un incidente no relacionado en 2012, lo que permitió dar con su participación en el hecho.

Además, la policía logró coincidir una huella palmar dejada en la ventana del dormitorio de la señora Dunne, con otra que se le tomó a Headley tras su detención.

Durante la investigación inicial del asesinato de la mujer, las autoridades tomaron huellas dactilares de más de 19.000 hombres y recabaron 1.300 declaraciones. Headley no fue parte de dicha investigación, ya que vivía fuera del área, explicó Dave Marchant, detective de la policía de Bristol.

“Pensé que nunca lo atraparían”, dijo Mary Dainton, nieta de la mujer asesinada. “No creo que mi madre alguna vez se haya recuperado. La ansiedad nubló el resto de su vida”, añadió la mujer.