Señor director:

En Chile está la mayor comunidad de origen palestino fuera del mundo árabe. Quizás porque somos el país más distante y más seguro al que podían optar. Son ya cinco generaciones de niñas y niños palestinos que deben huir o morir. De hecho, mientras usted lee esta carta, lactantes están muriendo de hambre en los escombros.

Somos testigos de un genocidio en vivo y en directo, y aún hay autoridades chilenas que sin pudor justifican estos crímenes. No es una “opinión distinta”, es una postura honesta frente a quienes hacen explotar a familias completas o impedir que llegue alimento, agua y atención médica a Gaza.

Por esto, los pueblos del mundo se han manifestado en apoyo a Palestina y cada vez son más los países que llaman al embargo militar a Israel como la única medida que detendrá la limpieza étnica.

Y si bien, en Chile tuvimos a parlamentarios que respaldaron el fascismo alemán, nunca habíamos tenido a un senador y presidente de partido político respaldando los peores crímenes que está conociendo la humanidad hoy. Me refiero al Senador Jaime Quintana.

Israel no se detendrá hasta que no quede un palestino de pie exigiendo libertad. Chile ha tenido una postura histórica que debe ratificarse. Como dijo Gonzalo Winter, esto determina qué tipo de personas somos y qué tipo de país queremos ser.

El Senador Quintana, una vez más, antepone el interés de una potencia extranjera por sobre la vida y la política exterior de Chile, a cargo de su mismo partido. Contradictorio, pues tenemos una Cancillería que nos ha representado con madurez y visión de Estado ante el mundo.

Nuestro país es y será la tumba de los libres o el asilo contra la opresión. No seremos cómplices de este genocidio.

Jorge Brito
Diputado de la República (FA)