Guillermo Coria, ídolo del tenis argentino, reiteró recientemente su idolatría por el chileno Marcelo Ríos, número uno del ranking mundial de la ATP en el año 1998.
El ‘Mago’ jugó en el profesionalismo del 2000 al 2009 y alcanzó como mejor clasificación el Nº3 del orbe en el 2004, año donde alcanzó la final del Grand Slam de Roland Garros (cayó ante su compatriota Gastón Gaudio).
El oriundo de Rufino ganó nueve torneos de la ATP, entre ellos dos Masters Series (Hamburgo 2003 y Montecarlo 2004) y el torneo de Viña del Mar en 2001.
En 2006 tuvo una brusca baja en su rendimiento tenístico, de la cual nunca se recobraría, lo que redundó finalmente en el anuncio de su retiro en abril de 2009 con tan solo 27 años y 3 meses de edad.
Y en una reciente entrevista que le realizó su hermano, Federico Coria, ‘Willy’ recordó nuevamente su fanatismo por el ‘Chino’ Ríos, el primer latinoamericano en llegar a la cima del ranking mundial. Lo hizo a la hora de contar una divertida anécdota con André Agassi, otra exestrella del tenis.
“Agassi cada dos meses me preguntaba cuánto pesaba. Yo le decía 66, 67, 67 y medio, me pregunta una, dos, tres veces, a la cuarta agarro a Gil Reyes (entrenador de Agassi) y le pregunto qué le pasa, que me pregunta todo el tiempo cuánto peso”, indicó.
“Me preguntaba, se daba media vuelta y se iba, no me daba chance (de conversar). Aparte yo siento un respeto, para mí Agassi y el ‘Chino’ Ríos eran Dios“, añadió, mencionando al ‘zurdo de Vitacura’.
Continuando con su relato, Coria señaló que “André tiene una obsesión, me dice Gil Reyes, porque quiere pesar lo mismo que tú, porque está obsesionado con tu velocidad y con tu coordinación, no entiende cómo llegas tan bien parado a cada pelota”.
Coria recordó que, tras perderle el respeto al ‘Kid de Las Vegas’ en un entrenamiento, luego logró vencerlo en Roland Garros, y desde entonces el estadounidense nunca más quiso compartir una práctica con él.
Apuntar que el ‘Mago’ y Ríos coincidieron durante cuatro años en el circuito profesional, pero nunca se vieron las caras.