¿Qué ven en la industria editorial chilena?
“Lo que esperamos y creemos es que hay voces y autores jóvenes que no conocemos todavía. Además de una serie de autores y autoras que han sido productivos en los últimos años 15 años, como Alejandro Zambra, Lina Meruane o Nona Fernández. Hay nombres que están traducidos que nos parecen literatura muy buena y pensamos que hay otros, de generaciones más jóvenes, que todavía no se conocen. Por lo menos no en traducciones, no en Alemania.
“Pensamos que existen historias que pueden ser globales, con un núcleo chileno, que se pueden transmitir a otras latitudes. Además, hay temas de la historia de Chile que pueden ser interesantes en relación con temas políticos y sociales que incumben a todo el mundo, como temas de memoria políticos y sociales que han vivido. Y que generaciones más jóvenes transmiten, como herederos de esa cultura que es de sus padres o abuelos, de otras formas. Son cosas que se siguen viviendo, que son globales. Es bueno leer y aprender, en especial con las situaciones que estamos viviendo hoy en día.”
Incertidumbre con el cambio de gobierno
¿Cómo va el proceso de participación de Chile en la Feria del Libro de Frankfurt?
“Algo que me preocupa mucho en estos días es en relación al cambio de gobierno que va a ocurrir en Chile. Espero que no frene la participación del país en la Feria del Libro de Frankfurt como invitado de honor. El tema es que todavía no está suficientemente firme el proyecto. Ya deberíamos tener un director del proyecto, y estar haciendo una serie de gestiones con instituciones culturales. Por ejemplo, en Frankfurt, con museos y otros espacios que se deben reservar con mucha antelación.
“Se va a contratar a una persona, pero tiene que salir la convocatoria todavía. Es súper importante que esa persona y alguien del ministerio viajen a Frankfurt. Faltan dos años y no es mucho tiempo.
“Creo que la gente que está a cargo, además de esta o este director, tienen que viajar urgentemente para entender mejor cómo son las cosas allá. Viajar a la próxima Feria no sirve para captar todas las cosas que pasan en ella. Es muy corta para captar todo lo importante.
“El año pasado viajaron dos personas del ministerio, pero una estuvo unos días y la otra otros. Para conocer qué han hecho otros países, que tipos de programación se puede llevar, ver programas de otros países, aunque no sean invitados de honor, y adaptar eso a la realidad chilena requiere tiempo que debiera ser ya, ahora.
“No sé si cada paso es tan administrativo, y conseguir recursos para cada viaje es muy complicado… Se nos va el tiempo y si luego llega otro gobierno. automáticamente se van a frenar cosas, aunque no paren ni quieran cambiar de línea. Va a haber un freno porque van a entrar otras personas, aunque muchas otras se queden. Las elecciones son en noviembre, luego vienen vacaciones y, cuando entre el nuevo gobierno, la Feria no va a ser su primera prioridad. Ahí se va a perder más de medio año y eso me da miedo. Se debe viajar cuando antes y con quien sea necesario”, insiste Marifé Boix García.
Hoy el mundo está en un proceso de globalización y masificación inédito. ¿Cuál es el sentido de mirar la periferia y la periferia de la periferia?
“Desde la Feria del Libro de Frankfurt lo que intentamos siempre es enfocar o, por lo menos, ponerle luz a ciertos países y regiones, que vamos cambiando, que no están en el punto de mira de la literatura general, de lo que se suele consumir.
“En los últimos tres años hemos tenido países europeos, que no es lo normal. Ahora estaría bien hacer un cambio mirando Latinoamérica. Argentina ya había sido invitado de honor, Brasil también. México, con el cambio de gobierno (el anterior, con AMLO) no apoyaban nada, ni los stands de los editores.
“En cambio, Chile lleva mucho tiempo cooperando con tres entidades: El Ministerio de las Culturas, el Ministerio de Relaciones Exteriores y ProChile. Eso lo está haciendo desde el principio, funcionando muy bien juntos. El modelo chileno no es el habitual en la Feria.
“Por otro lado, siempre han participado editores chilenos, no estoy hablando de los grandes, que no necesariamente se identifican los autores chilenos en ellos. Sería bueno que esas grandes editoriales, como Penguin (Ramdon House) o Planeta, llevaran sus escritores chilenos al stand de Chile.”
Auge y presiones de la literatura romántica, de fantasía
Hay una industria editorial que multiplica y multiplica, como si produjeran hamburguesas. ¿Cómo condiciona eso al libro y a la lectura?
“No sé si es lo mismo que estoy entendiendo. Pero un tema de los discutidos en la Feria es el auge de toda esta literatura romántica, de fantasía, que se vende muy bien. De hecho, sentimos una presión del mercado del libro. El año pasado abrimos un pabellón solo para ese tipo de literatura, en un principio en alemán.
“Pero ahora ya no es solo comprar el libro con el autógrafo, porque ya no tiene ese valor que tenía antes. Ahora tiene que ser con la foto, con la selfie del fan con su estrella, como si fuera de rock. Estamos pasando una etapa con una literatura muy distinta, donde a veces me pregunto dónde está la calidad. No es la literatura que yo me compraría, pero el mercado exige esa posibilidad de recibir esa cantidad de fans, porque ya no sabes si son lectores.
“Lo que hicimos el año pasado, y era algo nuevo para una Feria con larga trayectoria, fue poner lo que era la exposición de todos estos libros de new adult (romance, fantasía) en un segundo nivel. Y tuvimos que alquilar la planta de abajo para organizar las filas de gente que subía. Es una cosa logística, pero el año anterior, el día sábado, se complicó tanto la situación (porque estaba lleno de gente), que si hubiese ocurrido algo habría sido una catástrofe.
“Los editores siguen presionando y ahora quieren que se abran todos los días a esos públicos, que se pueda vender todos los días. En la Feria de Frankfurt solo se vendía el último día. Los últimos años ha sido el fin de semana (sábado y domingo). Este año, por esta presión, se venderá a partir del viernes. Desde el martes participan profesionales, hasta el viernes. Sábado y domingo era para público general. Pero este año, será desde el viernes.”
¿Qué percepciones tienen respecto a los hábitos de lectura? Según estudios ha bajado mucho la lectura, en Chile o Argentina, por ejemplo. Pero, además, a nivel de jóvenes, quienes leen son casi solo mujeres.
“Allá también, la mayoría son mujeres, mujeres más jóvenes. Creo que también tiene que ver con esa literatura romántica, fantástica. Con ese cierto mundo aparte en que, probablemente, soñar.”
Es que no pueden soñar con sus compañeros hombres…
“Bueno, eso también puede ser.”
¿Qué libro en los últimos dos años te han hecho reflexionar?
“Qué difícil… Uno que ha sido interesante es uno que he leído traducido al alemán, no sé si está en español. Se llama Die Letzten Strahen Eines Sterns (Los últimos reflejos de una estrella), de Amanda Lee Koe (Singapur, 1988), traducida por Zoé Bock, de la editorial Culturbook.
“Es una historia donde aparecen Marlene Dietrich, Leni Riefenstahl y Anna May Wong, una china nacida en América. Anna es hija de chinos, aunque es americana, y siempre le dieron papeles de sirvienta. En el libro sus historias se entrelazan. Son tres mujeres muy controversiales e interesantes, al mismo tiempo. La escritora ganó uno de los premios más importantes de su país.”